Las tejedoras solemos decir que tejer es como meditar. Lo afirmamos con tanta alegría que a veces parece exagerado: meditar es meditar, y tejer es tejer.
Pero también es verdad que ambos comparten rasgos muy importantes. Y si alguna vez has perdido la noción del tiempo con la aguja en la mano, ya sabes de qué hablo.
Hoy, con la ayuda de Pepi —mi amigurumi más espiritual— repasamos esos puntos en común:
La repetición como mantra
En meditación se repite un sonido o una palabra.
En ganchillo, repites un punto una y otra vez, sobre todo en proyectos sencillos y rítmicos.
Esa repetición convierte lo complejo en simple y te conduce a un estado de calma.
El ritmo de la respiración
Inhalas, pasas hebra. Exhalas, cierras punto.
El cuerpo se acomoda al ritmo de la aguja igual que en una práctica de mindfulness. Tejer te devuelve a tu respiración natural, sin esfuerzo.
Estar en el presente
Cuando tejes, tu mente no puede irse demasiado lejos.
Cuentas puntos, sientes la textura del hilo, observas cómo crece el tejido.
Exactamente igual que en meditación: atención plena al aquí y al ahora.
El silencio interior
El sonido de la aguja y el roce del hilo sustituyen al ruido mental.
Como si cada puntada dijera: shhh… calma.
Estado de flow
Empiezas a tejer y, de repente, ha pasado una hora.
No te diste cuenta porque estabas completamente dentro de la experiencia. Ese estado de “flow” es idéntico al que se busca con la meditación.
Una rutina que transforma
Meditar unos minutos al día cambia la mente.
Tejer un rato cada día también lo hace: calma, ordena y, de paso, crea algo bello entre tus manos.
Así que si dedicas un rato al día (o a la semana, sin presiones) a tejer, te estás regalando un espacio de relajación contigo misma. Lo importante es hacerlo con conciencia: concéntrate en la aguja y en el hilo y deja que ellos guíen tu respiración y tu mente a otro estado.
Y si quieres descubrir hacia dónde puede llevar tu mente Pepi, encontrarás su patrón en mi libro La Pandilla Gazpacho.
Un libro lleno de personajes que, como ella, tienen historias y personalidades propias, además de patrones para tejerlos y acompañarlos de accesorios y detalles que harán tu casa más acogedora.
Es mucho más que un simple manual: es un viaje creativo que combina el placer de tejer con la magia de construir un universo entero con tus propias manos.
(Las imágenes de este post han sido creadas con la ayuda del Chat GPT, utilizando como base mis personajes y mis propias fotos. Sin embargo, Pepi es real, tan real como tú y como yo, la he diseñado yo solita sin ayuda de chats y tú la puedes tejer con tus propias manos, tus agujas y tus algodones favoritos.)